Informe sobre señores

informesenoresLorenzo Verdasco, Informe sobre señores, ed. del autor, Tucumán, 2007.

Los protagonistas en general son hombres, hasta que se demuestre otra cosa. Son “señores”. El Informe obra como revelación: puesta al desnudo.
El viejo imperativo del placer estético – esa complacencia que el lector le pide al texto literario- aparece cuestionada en las páginas del libro que nos ocupa. Los escritos de Verdasco tienen la doble cualidad de enrarecer el deleite y sin embargo atrapar al lector.
Como el agua viva que en el mar sorprende al peregrino nadador, lo quema, lo torna extraño al mar y le deja una sensación de ardor que difícilmente le permita retornar al agua con un semblante ingenuo, la narrativa de Informe sobre señores quema, deja inquietud, succiona la ingenuidad. Por qué no decirlo: pervierte. Literariamente hablando, por supuesto.
No sólo por el erotismo finamente agresivo que destilan sus páginas, sino también por la serie de tópicos que emergen de las impúdicas peripecias de los personajes. Me limito a mencionar tres de aquéllos:
En primer lugar, al poner en cuestión su masculinidad, los personajes, se instalan en una zona incierta para la cual aún no existen demasiadas categorizaciones que no sean las típicamente despectivas. Existe la constante oscilación entre ser hombres, o ser, no ya mujeres, sino entrar en la menos incipiente que perturbadora categoría de “amantes de otro hombre”. Por ello, el joven amante de Informe sobre señores, relato que da nombre al libro, ofrece un ambiguo llanto: “…llanto luctuoso por la pérdida de la virginidad y de la hombría, llanto dichoso por la pertenencia al macho lascivo y genitor…”
En segundo lugar, las relaciones entre los personajes parecen atravesadas por una lógica de amo y de esclavo muy a tono con los modos eróticos puestos en juego. En los encuentros suele haber un iniciador que ejerce dominación física sobre otro. Ese otro se redime en la entrega de su carne y en su condición de víctima o siervo. En ningún caso se habla de amor o de algo parecido. Hay, sí, pasaje de un estado a otro: de vecino a “marido”, de compañero de morada a “esposa”, de cliente a “dueño”. Los roles convencionales de marido y mujer relampaguean y se diluyen, mutan, devienen otra cosa. “Es cierto que me pega, pero también es cierto que es el primero que me besa apasionadamente en la boca y me trata como a su señora”, es lo que dice el narrador personaje del relato Pedagogía de la criatura.
En tercer lugar, el tratamiento de la carne es bastante crudo: en una atmósfera erótica especial los cuerpos son atravesados, penetrados, consentidamente forzados. Este es el modo de acceso a una dimensión del placer reservada e impúdica. El cuerpo es víctima de los sacrificios y altar de depósito, doliente receptáculo de las ofrendas. “Mi sexo presto como el cuchillo de obsidiana que utilizaban los aztecas en los sacrificios humanos, se acercó naturalmente a aquella criatura de la noche”, confiesa el narrador personaje en Tres hombres.
Así, el encuentro foráneo y famélico de un cuerpo con otro es la clave de la delicada violencia erótica que impregna el libro, violencia que se condensa y estalla en relatos como El aromo:“lo que empezó a sentir era como una tripa o, más bien, un enorme ratón enjabonado y caliente…” .
Informe sobre señores está constituido por relatos de diversa factura, de trama compacta con una sucesión no siempre lineal de acciones, donde la tensión es constante. Relatos en los que lo obsceno se vale de artificios para hacer su aparición: empleo de segundas personas que enfatizan el carácter de “delación” de ciertas intimidades impuestas al olvido, breves alocuciones descarnadas de los personajes, ambientes dados a la práctica de lo heterodoxo.
En estas ficciones encontramos siempre a un narrador minucioso, una especie de baquiano de los márgenes. Porque aquí se trata de personajes, lugares y experiencias que se revelan como marginales. Y no es de extrañar que esta aproximación que hace el narrador de esos márgenes hacia el centro vital cotidiano y supuestamente normal de los lectores sea lo que torne sofocante – y no menos atractivo – el tránsito por sus páginas.

Por la prof. Natalia Acosta
(Publicado en El Periódico de Tucumán 25/2/2007)

Historias de luchas, resistencias y representaciones

historialuchasMaría Celia Bravo, Fernanda Gil Lozano, Valeria Pita (comps.), Historias de luchas, resistencias y representaciones. Mujeres en la Argentina, siglos XIX y XX, EDUNT, Tucumán, 2008.

439 págs.

Historias de luchas, resistencias y representaciones. Mujeres en la Argentina, siglos XIX y XX contiene dieciséis artículos orientados en torno a tres grandes ejes: luchas, resistencias y representaciones. Con el primero se ha privilegiado el análisis de situaciones en las que grupos de mujeres de distinta condición social y de diferentes períodos históricos actuaron como sujetos políticos y llevaron adelante acciones directas de corte reivindicativo. Con el segundo eje se analiza una compleja gama de experiencias signadas en líneas generales por la resistencia. En estos casos asistimos a la presencia de grupos de mujeres que procuraron revertir contextos adversos y su condición de ser objeto de políticas. Con el eje «representaciones» se develan y analizan los argumentos y las tramas ideológicas que construyeron los discursos encargados de definir a las mujeres en el tránsito de los siglos XIX y XX.

Este libro historiza el pasado de las mujeres en Argentina y enriquece los problemas historiográficos actuales. En tal sentido, los tópicos «Nación», «Estado», «ciudadanía», «sociedad y política», «representaciones culturales», «prácticas» y «discursos», entre otros, atraviesan a los artículos que componen esta compilación y proporcionan una oportunidad para el debate y el intercambio. En esta dirección, este libro da a conocer a un publico más amplio la variada experiencia histórica de las mujeres en nuestro país, y en consecuencia permitirá comprender las raíces históricas de una gama de situaciones presentes, pero también, advertir los cambios y las rupturas que nos separan del pasado.

Los orígenes de nuestra cultura autoritaria

origenesculturaautoritariaJosé Ignacio García Hamilton, Los orígenes de nuestra cultura autoritaria (e improductiva), ed. Albino y asoc., Bs. As., 1990.

235 págs.

Si los primeros años de vida del niño determinan lo que el hombre será cuando sea mayor, también la infancia de los pueblos influye sobre la adultez.
Los argentinos somos autoritarios e improductivos, entonces, porque en nuestro pasado colonial existieron hechos y motivaciones que fueron modelando ese carácter. Conforme a eta tesis, el autor ha rastreado en nuestra historia latinoamericana los elementos que configuraron el absolutismo, el estatismo, el militarismo, el incumplimiento de la ley y otras improntas que hoy nos constituyen.
Buceando en la influencia religiosa que fue creando mecanismos psicológicos que nos hacen propensos a las tutelas y nos impiden vivir en democracia y desarrollar un capitalismo eficiente. José Ignacio García Hamilton realiza una descarnada crítica de nuestra personalidad pero también indica que, si entendemos nuestros defectos, hemos logrado el primer paso para superarlos.

Los movimientos sociales. Formas de resistencia a la dictadura

movimientossocialesRubén Kotler, Los movimientos sociales: formas de resistencia a la dictadura. Madres de detenidos – desaparecidos de Tucumán, ed. Facultad de Filosofía y Letras, UBA, Bs. As., 2006.

78 págs.

El trabajo de Rubén Kotler arroja buena dosis de puntos de vista sobre el tema de la desaparición de personas en los años pico de la Dictadura Militar. El hecho de que se centre en el accionar de un grupo de madres hasta ese momento sin vínculo alguno, permite presentar una serie de encrucijadas, y de avances también, ordenados en función del drama que debieron enfrentar esas madres tucumanas, obviamente fortalecidas por los hechos que protagonizaron las “Madres de Plaza de Mayo” capitalinas.

Cabe destacar que del total de la investigación, un tercio está dedicado a una cuidadosa introducción en donde constan los pasos de la indagación, el seguimiento de la metodología aplicada a los distintos momentos investigados como también la manera de alcanzar esos “soportes” a la memoria, en el sentido propuesto por Hugo Vezzeti, así como también los pasos que sostuvieron el accionar y dieron curso a la acción conjunta. La “necesidad de recordar, en el contexto de la tragedia y en relación con la represión estatal y la desaparición forzada de personas” se convierte así en un deber acordarse y dar testimonio.

Kotler transita luego los acontecimientos que fueron acumulando cargas de descontento dando paso a la réplica frente al accionar de las fuerzas militares, el gobierno militar instalado y el accionar distante del Plan Cóndor que enlazó dictaduras sudamericanas con avales militares que reforzaron la existencia de Estados Burocráticos – Autoritarios, que como primera medida objetarán la libre participación en la vida política, procurarán la despolitización de la vida social. La mayor internalización de las estructuras productivas, instalando al estado como “frontera de lo moral”.

Sobre este entretejido de providencias autoritarias y vigilancias estrictas habrán de iniciar su labor los organismos de derechos Humanos y la ardua promulgación de la Ley N° 24.321, que reconoce por primera vez a la figura jurídica del desaparecido, que será el sostén legal de cuanto pudiera avanzarse.

Retazos de mí

retazosmiMónica Cazón, Retazos de mí, microrrelatos, ed. de los cuatro vientos, Buenos Aires, 2008.

60 págs.

Cuando hablamos del microrrelato como de un recién llegado, nos referimos a que fue reconocido como género a partir de la segunda mitad del siglo XX, aproximadamente. Textos narrativos brevísimos los ha habido siempre, pero ¿de qué se trata esto?
Se trata de ser breve pero ser certero y profundo; de recoger en un vocabulario limitado el transcurso de un tiempo en el que se suceden los hechos que se narran. Se trata de elaborar sugerencias, transiciones, evocaciones, mundos reales o soñados en el espacio de unas cuantas oraciones.
Se trata de simplificar la realidad apelando a la profundidad, la ironía, el humor y la brevedad en un conjunto de palabras, despojado y exacto.»

Ejemplar donado por la autora, a quien agradecemos.

Asedio a la Democracia

escanear0001Asedio a la Democracia, perfiles del autoritarismo en el NOA. Dolores Marcos. ED. Fac. Filosofia y letras UNT, 2006

Tras varios años de bucear en las raíces profundas que vertebran la filosofía politica de la modernidad, Dolores Marcos se instala en el noroeste argentino para mostrar cómo en las entrañas mismas de la democracia se filtran variadas formas de autoritarismo. Uno de cuyos ejemplos más notorios y dolorosos es la victoria de Bussi en Tucumán en 1995.

Hay, al menos, dos grandes formas de explicar la dialéctica democracia-autoritarismo, esto es la pervivencia de la improta autoriataria en el seno de los gobiernos democráticos.

Una de ellas se atiene a señalar las rupturas entre ambos; la otra, en cambio, persigue las continuidades. Esta última es la opcion que elige la autora.

Entre las continuidades señala: 1. la desconfianza respecto de las instituciones origina la fe en un líder paternalista; 2. el conflicto histórico argentino entre interior y puerto conlleva la cración de partidos provinciales defensivos; 3. una cultura política cuyo valor fundamental es el orden. A estas continuidades se agrega una ruptura con el pasado inmediato de Tucumán, signado por el terrorismo, incapaz de construir una memoria que genere los antídotos en contra del autoritarismo.

Asedio a la democracia es un libro provocativo y sugerente, capaz de despertar en el lector la curiosidad ante los nuevos rumbos que transitan las democracias actuales, en las cuales se esconden las marcas de la violencia y del autoritarismo, siempre en guardia para un nuevo asedio.

                                                                                                            Susana Maidana