Paradojas de la sexualidad masculina

paradojassexualidadmasculinaSilvia Bleichmar, Paradojas de la sexualidad masculina, ed. Paidós, Bs. As., 2006.

254 págs.

Silvia Bleichmar se ocupa en este libro de un tema que, durante mucho tiempo, fue “dado por sentado”: la constitución de la sexualidad masculina. Al lado de su contraparte femenina –que resultaba mucho más incomprensible y misteriosa para los padres del psicoanálisis– la forma en que un niño deviene hombre parecía sencilla y evidente, y despertó menos atención. Pero los tiempos que corren –con sus escenarios confusos habitados por actores heterosexuales, homosexuales y transexuales, por familias clásicas, reconstituidas y monoparentales, por mencionar sólo algunas de las constelaciones posibles– reclaman a todas luces herramientas nuevas para trabajar este pasaje complejo y lleno de ambivalencias. Bleichmar revisa teorías heredadas, recoge estudios antropológicos sorprendentes y recurre a su propia experiencia de consultorio para elaborar una hipótesis original y polémica sobre la constitución de la masculinidad. Coloca lo que hasta ahora era catalogado como mera “fantasía homosexual” en un lugar fundamental, echa nueva luz sobre los rituales de masculinización, resitúa la asimetría constitutiva entre el niño y el adulto y ofrece otra mirada sobre las posibilidades de subjetivación.

Sexualidades y homosexualidades

sexualidadesstubrinJaime Stubrin, Sexualidades y homosexualidades, ed. Kargieman, Bs. As. 1993.

236 págs.

El autor comienza el libro con dos preguntas: ¿se ha dicho todo lo que es posible decir sobre la vida sexual humana y en particular acerca de las desviaciones sexuales?…
El lector se verá conmovido por la actitud profundamente humanista del autor, quien por cierto sigue los pasos de Freud al insistir que el analista debe mantener siempre una actitud de empatía hacia las homosexualidades y otras desviaciones sexuales, sin imponer a sus pacientes sus propios puntos de vista morales ni tratar de «»normalizar»» la sexualidad de sus analizados…

La diferencia prohibida

diferenciaprohibidaTony Anatrella, La diferencia prohibida. Sexualidad, educación y violencia. La herencia de mayo de 1968, ed. Encuentro, 2008.

336 págs.

¿De dónde viene el que nuestra sociedad valore tendencias sexuales parciales hasta querer inscribirlas en la ley? ¿Por qué deplora la falta de puntos de referencia que ella misma ha contribuido a hacer desaparecer? No hace muchos meses, en plena campaña electoral, Nicolás Sarkozy aludía al famoso Mayo del 68 en uno de sus discursos: “El 68 nos ha impuesto el relativismo intelectual y moral. Son los culpables del capitalismo sin escrúpulos y de la destrucción de la ética. Propongo a los franceses acabar con los comportamientos e ideas del 68”. Lo cierto es que Mayo del 68 supuso una auténtica revolución en el terreno de los afectos y de la sexualidad. Muchos de aquellos niños de las flores, los del Haz el amor y no la guerra, años después se han visto envueltos en la guerra del divorcio y en la del aborto.

El sacerdote Tony Anatrella, autor de La diferencia prohibida: sexualidad, educación y violencia. La herencia de mayo de 1968, analiza las principales consecuencias de aquella revolución: Rechazo de la función del padre, insuficiencia de la relación educativa, interioridad en crisis, retorno de los miedos primitivos…

Reconocer la diferencia implica aceptar la diferencia de sexos, de generaciones y de roles en el seno de la familia. Reconocer al otro no es aceptar todo lo suyo ni animarlo en sus conflictos psíquicos, sino permitirle efectuar una paciente elaboración personal al final de la cual pueda experimentar una cierta libertad. Mayo del 68 no ha liberado a nadie. No es tiempo de nostalgia.

Sobre el autor
Tony Anatrella (1941) es sacerdote, psicoanalista y especialista en Psiquiatría social. Nombrado en 2000 por Juan Pablo II y confirmado en 2007 por Benedicto XVI como consultor del Consejo Pontificio para la Familia, y del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud. Es profesor en las Facultades Libres de Filosofía y de Psicología de París (IPC). Ha publicado numerosos libros y artículos, entre los que destacan, además de La diferencia prohibida, El sexo olvidado (1990), L’amour et le préservatif (1995) y Le règne de Narcisse (2005).

El sexo y la eutanasia de la razón

sexoeutanasiarazonJoan Copjec, El sexo y la eutanasia de la razón, ed. Paidós, Bs. As., 2006.

165 págs.

Joan Copjec con el ensayo que lleva por título el nombre de este libro, se opone en su concepción teórica a las teorías de una intelectual también norteamericana de notable influencia: Judith Butler.

Para Copjec el intento de reflexionar acerca del sexo también coloca a la razón en conflicto consigo misma. Declara su oposición a las alternativas que se encuentran, especialmente a la última, tan sólo porque en los círculos críticos, es lo que actualmente -dice – requiere nuestra atención.

La autora se refiere luego a Judith Butler, quien guarda – dijo al ser consultada por quien escribe – un significativo silencio ante la publicacion del referido ensayo -.

Habría que recordar que Butler no hace muchos años que está traducida al español. Butler es también profesora de literatura comparada e hizo tesis novedosas en los llamados estudios culturales donde ha tenido una intervención de tipo política. Ya que sus teorías de género no han dejado de ser políticas. Para Butler toda identidad, toda noción de sujeto es siempre construida.

En cambio Copjec, apoyándose en Kant sostiene que éste fue el primero en teorizar, por medio de su distinción, la diferencia que funda la división que realiza el psicoanálisis de todos los sujetos en dos clases mutuamente excluyentes: masculina y femenina.

Copjec también se apoya en Lacan, en otro de los textos del libro: «¿El líder puede amarnos realmente?, cuando dice «La relación sexual no existe». La autora explica que esto último escandalizó en su momento a la audiencia y que lo que quiso decir el célebre pensador francés fue que no hay ciencia del amor, que no hay fórmulas para él y no que el amor es un falso señuelo.

En el tercer texto, los temas se vuelven más explicítamente políticos, incluyendo desde los sucesos de Mayo del ´68 hasta las cuestiones actuales y puntuales como el capitalismo, la globalización y el racismo.

En el último ensayo, Copjec se ocupa de una emoción que le interesa a la autora en sus últimas investigaciones: la vergüenza. En él la autora se ocupa del nuevo cine iraní como herramienta para pensar los fanatismos que parecen erigirse en el peligro más potente de nuestra época.

Sin duda el libro de Copjec, intelectual introducida en el mundo hispanoparlante por Ernesto Laclau, desatará polémicas acerca de temas controvertidos y de gran actualidad.

(c) Araceli Otamendi

La familia en desorden

familiadesordenElisabeth Roudinesco, La familia en desorden, FCE, México, 2003.

214 págs.

¿Por qué todos, hombres, mujeres y niños, cualquiera sea su edad, orientación sexual y condición social, desean una familia? Durante siglos, la familia occidental estuvo basada en la figura del padre como dios soberano. Con el advenimiento de la burguesía, el padre devino patriarca. La familia burguesa exaltó el matrimonio por amor y la maternidad. Esta revolución de la afectividad dio a la mujer, y a su sexualidad, un lugar privilegiado. Con la contracepción comenzó a tener control sobre su cuerpo y a cuestionar el poder patriarcal. La irrupción de lo femenino y la degradación de la figura del padre, teorizados por Freud mediante las historias de Edipo y Hamlet, marcaron el inicio del proceso de emancipación de las mujeres. A ellas les siguieron otras minorías: los niños y los homosexuales. Alguna vez se temió que el acceso a la igualdad de derechos en materia de prácticas sexuales tendría por consecuencia la disolución de la familia. No ha sido así. Las antiguas minorías sólo quieren integrarse a la norma. Curiosamente es eso lo que ahora causa terror. La procreación médicamente asistida, las madres sustitutas y la clonación permiten prescindir totalmente del hombre. Si la mujer controla totalmente la reproducción, si los homosexuales pueden engendrar hijos, ¿qué pasará con la figura del padre? ¿Asistiremos al nacimiento de la omnipotencia de lo materno? ¿Sobrevivirá la familia a estos nuevos «desórdenes»?

La Sombra de tu perro

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LA SOMBRA DE TU PERRO. Discurso psicoanalítico, discurso lesbiano.


Por Jean Allouch-(el cuenco de plata)-Trad.: Silvio Mattoni

En febrero de 1919, un hombre de la alta burguesía vienesa acude al consultorio de Freud en busca de ayuda. En realidad, está bastante inquieto por su hija, una muchacha de diecinueve años que en los últimos tiempos ha estado coqueteando con una dama de dudosa reputación. El hombre le comenta a Freud que unos meses atrás, después de haberse encontrado a plena luz del día con las dos mujeres tomadas de la mano, su hija terminó arrojándose por encima de un muro a las vías del ferrocarril.

El pedido es claro, elocuente: que el doctor haga algo por la joven, que la haga entrar en razones, que la encarrile, que la vuelva a la «normalidad». El tratamiento durará unos meses e inspirará a Freud para escribir «Sobre la psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina» (1920), en una época de su obra en la que comienza a interrogarse más detenidamente por la sexualidad en la mujer.

Por lo general, se ha tenido noticia del destino de los casos de la clínica freudiana, sobre todo de los más famosos, como el pequeño Hans, Dora, el «hombre de los lobos» o el «hombre de las ratas». No había quedado rastro alguno de la llamada «joven homosexual». Hasta que hace unos años la ya no tan joven -sumaba noventa y seis- les relató su vida a dos periodistas vienesas, Ines Rieder y Diana Voigt, en una serie de entrevistas que darían lugar a esta novela biográfica. Allí acordaron que «Sidonie Csillag» sería el seudónimo de esta mujer que había nacido en Lemberg en 1900 y murió en Viena en 1999.

El libro, publicado originariamente en alemán en el año 2000, es presentado como el relato de la vida de una lesbiana a lo largo de todo el siglo XX. Nos enteramos allí de que la cocotte que encandilaba a la paciente de Freud era la baronesa Leonie von Puttkamer, una mujer famosa en la época por ser descendiente de la antigua nobleza prusiana y por sus peculiares inclinaciones. Implicada en diversos escándalos, Leonie llegará incluso a conocer la cárcel cuando su marido -el presidente de la Cámara Agrícola de Austria- la acuse oportunamente de intento de envenenamiento. Esta mujer se ha transformado en objeto de obsesión y devoción para Sidonie. Todo lo demás está en un segundo plano.

Extraído de este enlace.